¡Las 15 mejores posturas sexuales que te convertirán en un demonio de las corridas!

El sexo en la posición del misionero es probablemente la más popular. Ahora bien, el sexo en la posición del misionero puede parecer muy anticuado, pero no es así. El hecho es que el sexo en la posición del misionero te permite un acceso más profundo a las partes íntimas de tu pareja. También es muy íntimo, porque los dos podéis miraros mientras os enzarzáis en una feroz follada. Además, hay variantes de la postura del misionero XXX que te permiten poner las piernas de tu pareja sobre tus hombros o por encima de sus cabezas, con lo que el sexo más apretado es totalmente posible cuando tu pareja mantiene las piernas juntas, en lugar de abrirlas más que los brazos del recaudador de impuestos. Así que sí, el misionero es genial si sabes lo que haces.

La posición 69 XXX es, por decirlo suavemente, badass. Y no, no se trata de poner a tu pareja en posición 69 por segundo, sino de que os la chupéis mutuamente al mismo tiempo. Hay que acostumbrarse al 69 y puede ser demasiado para algunos. Si eres novato, en lugar de que tu pareja se siente sobre tu cara y luego se tumbe boca abajo para chuparte la polla, podéis tumbaros los dos en direcciones opuestas y hacerlo. Mientras chupas el coño de tu pareja, puedes utilizar un vibrador de dedo para hacer sonar su punto G y ella podría optar por hacerte una mamada mientras tiene cubitos de hielo o pastillas de mentol en la boca. También podría ir a por todas y sondearte la uretra con un vibrador uretral, todo ello mientras te la estás comiendo y ¡esperemos que no te provoque un orgasmo prostático lo suficientemente fuerte como para suspender temporalmente la gravedad en un radio de 100 metros de donde estéis los dos!

En esta postura del 69, tu pareja se sienta sobre tu cara de cara a ti y se arquea hasta que tu polla está en su boca. Esta postura requiere mucha flexibilidad y atletismo, y es algo que, como mínimo, debes tachar de tu lista de cosas que hacer antes de morir. Además, al arquearse tan radicalmente, las partes privadas de tu pareja quedan más accesibles de lo que estarían si se sentara sobre tu cara. Eso significa que puedes ensañarte con ellos con la lengua y los dedos, ¡mientras tu leñita está tan metida en su garganta que podría ganar una partida de cucú con su hígado!

El sexo de pie puede ser algo rápido que ocurre justo antes de que tengas que irte corriendo al trabajo, o puedes tomarte tu tiempo para planearlo. Diablos, si yo fuera tú y tuviera a alguien que tiene un lado friki como yo, entonces el sexo de pie en todas las habitaciones de mi casa va a estar en el menú. Si eres del tipo fuerte y tu pareja no pesa mucho, podrías probar a levantarla hasta que sus piernas te rodeen la cintura y luego follártela cerca de una pared, o con una pared a su espalda. El sexo en el balcón por la noche o al amanecer, con toda la ciudad iluminada hasta donde alcanza la vista, y el sexo rápido en el ascensor también entran en el terreno del sexo de pie.

Hay una variante del sexo de pie que es mejor mencionar, y está diseñada pensando en los fanáticos del sexo oral XXX. En esta postura, tu pareja está de pie y te pone las manos en la cabeza o en los hombros, mientras tú le abres un poco las piernas y haces todo lo posible por penetrarle el punto G con los dedos, mientras le lames el clítoris. O puedes quedarte de pie mientras ellos se arrodillan o se agachan delante de ti, ¡rapeando ardientemente el micrófono oscilante entre tus piernas! Cuando los dos estéis hartos, podéis terminar con cualquier estilo sexual que tengáis en mente, como un polvo a lo perrito con una sola pierna, por ejemplo.

En este caso, tu pareja busca una almohada cómoda y se inclina sobre ella sobre una superficie firme, arqueándose si le apetece, o manteniendo la espalda lo suficientemente recta como para que aterrice sobre ella un avión jumbo. La cópula puede ser rápida y furiosa o lenta e intencionada. La almohada proporciona suficiente superficie para que tu pareja se muela sus partes íntimas y tú, desde atrás, puedes taladrarle el coño o el culo, según el caso, con la almohada asegurando una comodidad total.

En la vaquera, el hombre se pone de espaldas, mientras que la mujer está encima, en cuclillas y cabalgándole. Ella puede mirar hacia delante o hacia atrás, según sus preferencias o las tuyas. Parte del atractivo del estilo cowgirl es que hace que la carga del sexo no recaiga en ti, sino en tu pareja, lo que debería ser un cambio bienvenido. Todo lo que tienes que hacer es mantenerte duro y tal vez acariciar y dar palmadas en sus nalgas y tetas, y ella tiene el trabajo de mover su coño hacia arriba y hacia abajo tan fuerte y rápido como quiera. El estilo cowgirl te pone en el asiento del copiloto en lugar de en el del conductor, y ceder el control de esa manera puede ser erótico. Además, ver a tu compañera empalándose en tu polla como si fuera una cuestión de vida o muerte y quedándose exhausta hará mucho por ponerte una sonrisa de comemierda en la cara.

El donut rodante no es una postura sexual que usted o su pareja deban intentar si ambos están fuera de forma o son inflexibles. Para esta postura, tu amada se enrolla como un donut, con las piernas tocando o casi tocando la cabeza y la espalda curvada al máximo. Sus agujeros quedan así expuestos y en los que te infiltras e invades con tu justiciera espada de poder, mientras mantienes sus piernas/botín en su sitio y mirando en la dirección que te apetezca es cosa tuya. Sí, este estilo es muy exótico, y es probable que te duelan las rodillas, pero pocos estilos pueden tocarlo cuando se trata de poder de penetración y profundidad. Además, la posición enroscada de tu pareja, con la sangre subiéndole a la cabeza, hará que los orgasmos sean muy diferentes para ella.

La vaquera invertida es la posición de vaquera normal con una diferencia importante: tu pareja mira hacia ti en lugar de hacia ti mientras está a horcajadas sobre tu pieza de artillería. Esto hace que sea más difícil verle la cara, pero vas a ver todas las palmadas en el culo que te propongas. No muchos son expertos en la vaquera invertida y es una pena.

Y ahora llegamos a la mejor de todas, ¡el estilo perrito! Esta es la mejor postura sexual para hombres cuyas parejas tienen jugosos culos de burbuja y tetas que se pueden agarrar por detrás como si fueran los manillares de una moto. La posición del perrito es la que te permite follarte a tu pareja hasta las entrañas, mientras le das a sus tetas fuertes dosis de dolorosos apretones. ¡Una belleza salvaje!

Aquí, la hembra se tumba en el borde de una cama o una mesa. El hombre pone las piernas de ella sobre sus hombros y la penetra de pie o agachado. Esto sienta muy bien, pero no es algo que quieras hacer si tu erección es más larga de lo normal y estás de humor para erradicar el cuello del útero.

Acurrucarse de lado es como darse un achuchón con un toque duro. Esta posición sexual es una de las más sencillas y, como su nombre indica, lo único que tienes que hacer es tumbarte de lado con tu pareja al lado. Entonces se produce la penetración. El sexo en esta postura suele ser muy placentero gracias a la fricción de las nalgas de tu pareja. Y, a menos que tengas una erección que te llegue hasta las rodillas, la penetración en esta postura será poco profunda, pero con la longitud y el ángulo justos para estimular el punto G y proporcionar a tu pareja un orgasmo que no se va a callar.

En esta postura sexual, ambos miembros de la pareja se tumban de lado uno frente al otro. El hombre levanta la pierna de su pareja y la deja caer sobre su culo o caderas, y entonces puede introducir su polla en el coño de su pareja'¡asegurándose de que se llevan muy bien! Este es el tipo de postura sexual que te permite agarrar y azotar las nalgas de tu pareja, ¡o meterle el dedo en su fábrica de chocolate mientras te deslizas dentro de su cremería!

En esta postura, te sientas en el suelo, en la cama o en una silla acolchada, mientras tu pareja se sienta a horcajadas sobre ti, rodeándote con las piernas, los brazos y la lengua. Es probable que la penetración no sea muy profunda, pero eso no importará, porque los dos estaréis carne con carne, besándoos locamente y moviéndoos/rocándoos a un ritmo que os lleve a los dos adonde queráis ir. Es como la forma sentada del sexo del misionero y una de mis favoritas de todos los tiempos.